Helmut Federle (Solothurn, 1944) es un incansable viajero. Además es pintor, muy especial, único y además suele intervenir en la arquitectura de diversos modos.
Embajada suiza en Berlin, Diener & Diener Architekten (1995-2000), mural de Helmut Federle
"Para mí la geometría es una afirmación de lo que la modernidad tiene de clásico", le dijo Helmut Federle a Markus Brüderlin. Como en el minimal, Federle ha aprendido de esa tradición una serie de principios formales y conceptuales.
Proyecto arquitectónico de la Embajada de Suiza en Berlin de Diener & Diener, que rehabilitaron y ampliaron de manera ejemplar el palacete residencial construido en 1871 por Friedrich Hitzig y que permaneció en pie durante la guerra
Los arquitectos remiten a la ampliación del Ayuntamiento de Göteborg, de Gunnar Asplund, aunque su propuesta es mucho más austera y radical, carente por completo de elementos decorativos
En el diseño de interiores colaboró Peter Suter
El mural de Helmut Federle se construye en hormigón, con una doble coincidencia; Federle emplea un moldeado de bandas verticales y horizontales, un entorno geométrico sencillo, como aparece en sus composiciones pictóricas, pero también busca la equivalencia con los huecos de una fachada real al organizar esta fachada ciega. El resultado es de gran fuerza y plasticidad tectónica, unas bandas quedan por encima de otras, se buscan las tres dimensiones, y por otro lado estereotómica en su modo de construcción y concepción general
Maqueta de la intervención
Cubierta de la revista FAIR en mayo de 2010
Suiza ocupa un lugar destacado en la historia de la pintura geométrica. Max Bill, Richard Paul Lohse, Gottfried Honegger, Johannes Itten. Cuando a Federle se le pregunta que cómo se sitúa su obra en relación al grupo de Konkret Kunst de Zürich, su respuesta no puede ser más tajante: "En lo opuesto: mi trabajo comporta una fuerte preocupación de orden sentimental, religioso, no matemático".
La geometría y la construcción son el punto de partida para una pintura purista, no formalista.
Juan Manuel Bonet dice de él: "Solitario, defensor de una cierta lentitud en la pintura, de una cierta condensación del tiempo, de un cierto silencio, ajeno desde siempre a cualquier consideración epocal, grupal o modal, e incluso a la idea misma de 'evolución', Federle, pintor muy pintor, muy de colocarse frente al cuadro, no necesariamente con una idea preconcebida, se ha instalado en un proyecto a largo plazo, en el que cuentan el profundizar verticalmente en su espacio, el volver y volver sobre ciertos motivos recurrentes, el retomar en ocasiones pretextos interrogados en una fase anterior del trabajo, para extraer de ellos nuevos acentos".(1)
Una segunda colaboración de Helmut Federle con Roger Diener y también con Gerold Wiederin se produce en la espectacular fachada del edificio Forum 3 (2004), en el Novartis Campus en Basel
Paneles de vidrios de colores de gamas afines a Federle recubren el edificio. Los vidrios se colocan en tres niveles de profundidad y tiñen la luz a su paso por ellos
Los vidrios de colores generan un espacio teñido, onírico tras ellos gracias a la distribución de una terraza perimetral
La editorial de Basel Christoph Merian está editando monográficos de cada uno de los edificios del campus
Federle subraya que busca "una abstracción donde intelecto y sentimiento sean igualmente posibles, y ello de una manera adecuada". Federle anota: "No existe la pintura rápida. No existen los pensamientos rápidos. Solo hay ciertas decisiones repentinas que exigen madurez..."(2)
La primera colaboración de Federle con el arquitecto Gerold Wiederin fructifica en la capilla de peregrinación nocturna dedicada a Maria Locherboden, en Motz, Tirol, en unas líneas cruciformes logotípicas de Federle en el techo que reproducen la estructura y el sistema de iluminación de la capilla y sobre todo en el diseño de la vidriera que tras el altar comunica con la pequeña sacristía de la capilla
La rejilla que contiene a la vidriera en una imagen de día y de noche
La peculiaridad de la vidriera es que es volumétrica, está compuesta por fragmentos de vidrio de colores, cascotes de una masa de vidrio coloreado que tiñen el aire con una luz sólida
Nachtwallfahrtskapelle Locherboden, Mötz, Tirol, Gerold Wiederin y Helmut Federle
Los cuadros de Helmut Federle crean un clima característico. En él dominan los fenómenos propios de las transiciones. Entre el negro/gris y el amarillo/verde se configura una luz quebrada, preñada de sombras. Su intensidad es el resultado de la lentitud visual que generan los valores cromáticos quebrados, débilmente coloreados. La opulencia cromática es completamente ajena a Federle. No recurre nunca a la ostentación de colores, por el contrario, su cromatismo es reservado, escueto, ascético.
'Periphere Abstraktion 1987', Helmut Federle, 50x60cm, óleo sobre lienzo
"La economía visual de esta pintura es fruto de una doble estrategia. Por una parte formas claras, superficies medidas, estructuras unívocas. Por otra difusión, transiciones complejas, procesos climáticos. El clima pictórico de Federle nos remite, de acuerdo con el lugar geográfico imaginario que le es propio, no al Ecuador, bajo la luz cenital, sino a los trópicos, allí donde crecen las sombras, donde éstas hacen compañía a la luz".(3)
'Name without M', Helmut Federle. Nombre sin M: HEL-UT
Lo que persiste en Federle es el desafío de responder a la realidad por medio de la pintura, de sobrevivirla.
'Panthera nigra', Helmut Federle, 1997, 350x525cm, acrílico sobre lienzo. Exposición en el IVAM, Valencia
En el transcurso de una conversación con John Armleder, Federle subrayó: "Solo es posible vivir saludablemente en un mundo gastado si uno siente respeto por el pasado, en este caso, por el arte del pasado".(4)
'Panthera nigra', Helmut Federle, 1997. Con Panthera nigra Federle logra la transparencia del negro
El horizonte ético de Federle no tiene nada que ver con el compromiso político o con preceptos morales, sino con el intento de que el arte se ocupe de una tarea universal. En sus reflexiones literarias Federle ha hablado de la cualidad metafísica de la forma, de la espiritualidad del arte y de lo sublime, de una percepción del ser que sabe que puede paladear, pero que jamás conseguirá poseer lo que le han dado a probar.
'Innerlicht', Helmut Federle, 1985, 40x50cm, óleo sobre lienzo
Lo que intenta es decir lo que hay: ahora y aquí, dentro de las coordenadas del presente. Federle sabe que su arte fracasaría si no consiguiera dotar a sus cuadros de una fuerza nacida de la realidad. Su pintura abstracta no ha sido concebida como un lenguaje universalmente legible, sino como un palimpsesto, como una sucesión de estratos que hay que descifrar.
Sus cuadros no tratan de engañarnos, no ocultan que son signos limitados de experiencias insondables. Federle es un artista puro, un artista libre por completo de compromisos; para el arte no existe nada más importante que el propio arte.
Los cuadros de Federle están cuidadosamente compuestos. Lo que le interesa es lo puramente pictórico, la pintura, no su reducción, adulteración o delimitación. Sus estancias en New York le brindaron la oportunidad de poner a prueba su arte y de desarrollar su propio lenguaje a la luz de otros lenguajes artísticos.
Uno de los primeros murales sobre arquitectura de Federle es este en la Eidgenösissche Alkoholverwaltung Bern, 1993
Su forma de componer incorpora aspectos propios de una estética de la delimitación del arte, pero también la idea de lograr un equilibrio pictórico, sin adoptar por ello la posición de una pintura que trata de ligar las fuerzas centrífugas -con la reafirmación de un potente centro en el cuadro- y que estabiliza la superficie pictórica.
Neue Welt Schule, Wien, Adolf Krischanitz y Helmut Federle. Federle colabora con Krischanitz en esta escuela para niños de refugiados en Viena, aportando el concepto de color y ciertos rasgos de la volumetría
Neue Welt Schule, gama de colores, Helmut Federle
Federle emprendió, sin interrupción, largos viajes que tenían como meta las culturas tradicionales, Nepal, India y Afganistán. Sus numerosos viajes a lugares lejanos, por ejemplo de Asia y Sudamérica, su necesidad de alejarse y conocer cosas nuevas se combina en él con una tendencia igualmente fuerte a disponer de un lugar de residencia estable, a aislarse y concentrarse en su labor, a cultivar espacios y tiempos colmados de una paz imperturbable y contemplativa. Para Federle, la historia de las culturas y la de los sujetos, la memoria colectiva y la memoria personal se han fundido para formar una unidad.
Sammlung Goetz, München, Herzog & de Meuron. Federle colaboró con los arquitectos de Basel en esta obra maestra aportando el concepto espacial para un lugar de exposición
La singularidad del estilo compositivo de Federle salta a la vista, cuando se mira más de cerca, en la relación que une al centro con la periferia, la superficie y los márgenes. El lugar al que nos conduce guarda relación con nuestra experiencia sensorial de una realidad compleja, con un aura, con una espiritualidad que anida en el cuadro sin por ello anclar definitivamente en él; una realidad distante por muy próxima que parezca. La pintura de Federle exige una doble atención.
Su quehacer se mueve en el vasto horizonte de la realidad. Los acontecimientos que se desarrollan en el interior del cuadro, el equilibrio entre figura y fondo, entre color y forma, entre estructura y energía, guardan relación con la pared que le rodea, con el espacio. No es ninguna casualidad que los cuadros de Federle muestren intensas referencias a la arquitectura en cuyo seno se hacen visibles.
Ampliación del Rietberg Museum, Zürich, 2006, Adolf Krischanitz y Alfred Grazioli, mural y techo del vestíbulo Helmut Federle
El mural de hormigón de nuevo busca decididamente las tres dimensiones sirviéndose de una geometría básica, ortogonal, sin interferir en la geometría del edificio que lo alberga
Poco a poco, la gente va revistiendo de oro de una forma anónima el mural, adquiriendo las láminas de oro en la tienda del museo
De acuerdo con las concepciones al uso, la abstracción exigía neutralidad visual, pureza como imprescindible punto de partida, pero también como meta del quehacer artístico. La renuncia a toda clase de referencias pasaba por ser una condición indispensable para que el pintor pudiera recurrir a elementos cromáticos y formales, utilizarlos en sus creaciones pictóricas. Pero Federle ponía en cuestión justamente esas premisas. "Lo máximo a lo que podemos aspirar es al vacío... Este vacío nos permite permanecer abiertos a todo y distinguir las cosas".(5)
El artista Helmut Federle
"Los cuadros de Federle muestran una realidad incapaz de negar ni su ubicación histórica ni su origen orgánico y afectivo. Van más allá de todas las barreras en las que los había recluído un arte abstracto que persistía en reforzar la univocidad cognitiva de los elementos que empleaba. Lo que vemos ahora es bien distinto. Es un lenguaje cifrado y en consecuencia está lleno de significado, aunque ello nos resulte misterioso. Los cuadros están vinculados a fuerzas muy diversas, por muy difícil que nos resulte definirlas. Han absorbido la materia bruta de la realidad. Penetran, introducen el drama. Son las sombras que proyecta la propia finitud humana las que vemos en la pintura de Federle".(6)
Casa de Federle en Galisteo, Nuevo México
La renuncia de Federle a la pureza de los elementos compositivos abre el camino a complejas transiciones entre lo visible y lo legible, entre lo visualmente sugestivo y su profunda capacidad para transmitir significados. Su pintura se alimenta de la relación que une lo impenetrable y lo evidente, la opacidad y la transparencia. El observador dirige su mirada al cuadro y en cierto modo, mira también a través de él, lo ve como una sucesión de niveles y un doble fondo.
Jacques Herzog con Helmut Federle y Rosemarie Schwarzwälder. Federle y Schwarzwälder, galerista de nächst St. Stephan, Wien
"Para comprender a Federle resulta imprescindible hablar de equilibrio, entre medida y fuerza, entre tectónica y energía, entre acto y acción".(7)
Foto de Helmut Federle
Notas:
(1) "Fragmentos para H.F." en VV.AA. 'Helmut Federle', Centre Julio González, IVAM, Valencia, 1998, pág. 10.
(2) Dickhoff, W. 'Helmut Federle, Bilder und Zeichnungen 1975-1988', Bielefeld, 1989, pág. 162.
(3) "Luz oscura", Gottfried Boehm en VV.AA. 'Helmut Federle', Centre Julio González, IVAM, Valencia, 1998, pág. 19.
(4) En "Jedes Zeichen ein Zeichen für andere Zeichen. Zur Ästhetik von Helmut Federle", Galerie nächst St. Stephan, Wien, Ritter Verlag, Klagenfurt, 1986, pág. 98.
(5) Helmut Federle en VV.AA. 'Helmut Federle', Centre Julio González, IVAM, Valencia, 1998, pág. 28.
(6) "Luz oscura", Gottfried Boehm en VV.AA. 'Helmut Federle', Centre Julio González, IVAM, Valencia, 1998, pág. 29.
(7) "Luz oscura", Gottfried Boehm en VV.AA. 'Helmut Federle', Centre Julio González, IVAM, Valencia, 1998, pág. 31.
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