Fritz Hauser (Basel, 1953) es un músico excepcional. Percusionista, la profundidad e intensidad de sus interpretaciones lleva muy lejos a la sensibilidad, como la suya, que abarca todo lo sensible por imperceptible que sea. Tuve ocasión de verlo en los últimos 90 en la cubierta de la Fundació Miró de Barcelona junto a la coreógrafa y bailarina Anna Huber. Hauser arrancó un sonido indescriptible al rasgar el filo de un platillo suspendido en su trípode con un arco de violín.
Por este campo transita Hauser e interacciona con otras disciplinas, como con la arquitectura y con su amigo el arquitecto Boa Baumann. Ya es importante el número de años en los que ambos han colaborado en diversos proyectos donde música y arquitectura se encuentran. Baumann colabora en el desarrollo de la dramaturgia musical y Hauser interfiere, rítmico-musicalmente, en la creación de conceptos arquitectónicos y en el diseño de proyectos de construcción.
Casa delle Masche, Piamonte. Fotos Andreas Fahrni
Baumann se siente fascinado por la zona fronteriza entre la arquitectura y los diversos campos del arte, como el vídeo, la pintura, el teatro y la música. Allí se encuentra el caldo de cultivo para sus proyectos, que no sólo pueden ser prácticos y económicos sino también hermosos, poéticos y llenos de humor. Sus proyectos de construcción han sido cuidadosamente analizados, y todos los puntos de referencia y vinculaciones trabajados con el objetivo de encontrar una solución sencilla, práctica y alegre para problemas complejos. La gama de materiales siempre que se deduce del proyecto sigue el concepto arquitectónico global y las circunstancias locales.
33 Cymbals, 2007
Su obra se caracteriza por relaciones sutiles con el medio ambiente, los materiales utilizados, así como por un análisis intensivo sobre el uso y los futuros ocupantes. Secuencias espaciales, texturas, colores y la luz natural son también elementos determinantes en sus construcciones.
Su obra se caracteriza por relaciones sutiles con el medio ambiente, los materiales utilizados, así como por un análisis intensivo sobre el uso y los futuros ocupantes. Secuencias espaciales, texturas, colores y la luz natural son también elementos determinantes en sus construcciones.
Fritz Hauser compró en 1990 una casa de campo en el Piamonte, al norte de Italia. Comenzó con Boa Baumann un proceso de reconversión y reestructuración que se prolongó hasta 2008. Es uno de sus dos lugares de residencia y trabajo.
Fritz Hauser en su lugar de trabajo
Las ideas de Boa Baumann y Fritz Hauser cobraron fuerza cuando se transformaron en algo posible y poético, como un intento intensivo para llegar a un acuerdo con el paisaje, la luz, las estructuras existentes y las necesidades del músico.
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